Adriana Calatayud


 

El cuerpo de la físicoculturista


El cuerpo cultivado. Rector de su imagen y semejanza. Responsable de sí mismo. Proyecto y gestión de la carne. Consciente de la repercusión y el alcance de cada movimiento. Narcisista e insolente, se exhibe a la mirada del otro (en esa mirada está la clave de su significación): contiene el poder, el control, el triunfo de la voluntad. Músculo a músculo, ladrillo sobre ladrillo. Cementado con disciplina, deseo y ese saber técnico del cuerpo, de su lenta y minuciosa conversión. Donde el ritual adolorido del entrenamiento se va transformando en placer. La superficie tensa, marcada, abrillantada de la piel, ostenta con arrogancia la fortaleza interior. La desnudez exige la atención al detalle que, sumado en el conjunto de una espalda formidable, aspira a constituirse en perfección. La pose retadora se resuelve en una aparente paradoja: las uñas cuidadosamente barnizadas y el rosado satín del minúsculo traje —mucho más que las caderas, los pechos o el cutis— reclaman una feminidad inenarrable.


Hortensia Moreno. Tiene una maestría en Ciencias de la Comunicación y es doctora en Ciencias Sociales por la UAM-X. Es periodista, narradora, editora y feminista. Trabaja en el Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México. Forma parte del comité editorial de la revista debate feminista. Es profesora desde 1975.