Margarita Cházaro




 

 

Flores en el Desierto es la continuación de Mujeres en el Desierto, 2003, obra que formó parte de la exposición y del catálogo Siete Mundos (Instituto Veracruzano de Cultura, 2004).


La guerra contra Irak me horrorizó, a tal punto que un día desperté con las imágenes de cuerpos fragmentados que colgaban de unos ganchos escurriendo sangre. Debajo de los cuerpos, sobre el piso, veía la bandera de Estados Unidos. Pensé que para transmitir mi gran pesar no podía usar un lenguaje cargado de violencia, pensé en ese momento en las mujeres del mundo tan vulnerables por la actitud machista que ha imperado desde nuestros orígenes y que ha permanecido hasta la fecha. Concebí entonces la obra como un tributo a todas las mujeres que han sido violadas, asesinadas y a las que están muertas en vida por el maltrato, inclusive de sus propios familiares. No específicamente las muertas de Juárez, sino del mundo.


Para poder conectar al espectador con el significado de la obra era muy importante que los fragmentos de cuerpos de mujeres en porcelana no tuvieran texturas que significaran violencia, ni colores que semejaran la sangre. Era vital que la obra invitara a querer tocar esos cuerpos suaves y sensuales que emergen de la arena.


Dio resultado. En la inauguración en el World Trade Center en Veracruz llegó una cantidad de gente que no me esperaba. Tuve la oportunidad ese día de que me prestaran una pasarela: había que subir por unas escaleras y desde arriba veías la instalación, lo cual producía mayor impacto. Hubo gente que lloró. Comprendí entonces que el Dr. Aniceto Aramoni (Psic.) tenía toda la razón. En su libro sobre la neurosis y el arte dice que la obra tiene significado cuando ésta comunica algo al espectador, logrando el propósito para el cual fue creada.


Cuando me dieron la beca del Programa de Fomento a Proyectos y Co-inversiones Culturales del FONCA, me sentí muy feliz porque ese era el único medio para completar una obra tan grande y compleja en su elaboración, que de otra manera no podía financiar y era tan importante completar.


Cuando Christine Frerot se contactó conmigo porque había diseñado una exposición de tres artistas latinoamericanas que trabajamos con fragmentos en nuestras diferentes disciplinas, me emocionó. Desgraciadamente, la participación de mi obra no pudo ocurrir porque el embajador de México en Francia no permitió que Flores en el Desierto se instalara en el Instituto de Cultura de París, pues la obra tenía tintes políticos.


Margarita Cházaro. Tlacotalpan, Veracruz, México.
Texto enviado por la autora.


Flores en el desierto, 2005. Porcelana 1300 C. Placa, forjado, vaciado, modelado, esmalte de cristalización de zinc y titanio.

Fotografía: Carlos Lamothe