Erika Diettes





 

… Así que en esa primera visita estuve en un encuentro de víctimas del Oriente Antioqueño, eran como treinta personas. Yo llegué como a las diez de la mañana y me senté en un rincón a oír y enfrentarme no a la teoría, sino a la terrible realidad del conflicto armado colombiano. Recuerdo que hablaban sobre abuso sexual y una psicóloga explicaba qué era el abuso sexual, de pronto empezaron a llorar. Si en ese salón se encontraban cuarenta personas, treinta y ocho habían sido abusadas sexualmente. Fue como un doble choque, porque de por sí la violencia más el abuso…, fue una experiencia muy intensa. Eran jornadas de tres días. Hablé con la gente entre las comidas y los descansos. Aquí presenté el proyecto y se definieron muchas cosas.

Miré cómo la gente lloraba. Cómo en ese dolor hay un punto donde no hay lágrimas, donde el llanto es más interno que las lágrimas. En ese momento decidí que no quería fotografiar el dolor como tal sino la pausa del dolor. Es un dolor tan profundo… Yo describo ese sentir como lo barroco del sufrimiento. Son sufrimientos que van encima de otros sufrimientos. Es como la sevicia de lo que está ocurriendo. La mayoría de los casos no son mujeres que tienen un hijo desaparecido. Tienen tres hijos desaparecidos. Donde se van montando historias encima de las otras historias. Donde quizás al papá lo asesinaron. Una señora me contó que cuando le dijeron dónde estaba su padre lo tuvo que recoger con una bandeja porque lo habían hecho picadillo. No encontraba por ejemplo los dedos. Por eso te digo, hay un punto a donde llegas y donde encuentras que hay tanto sobre tanto sobre tanto, es un exceso de excesos que es difícil de traducir en palabras incluso por el mismo llanto. El mismo llanto se queda corto. Por eso hay como un ahogo de llanto. No es ni siquiera un llanto. Me obsesioné por capturar ese ahogo del llanto. Es donde ves a la gente inhalar pero se le olvida exhalar. Algo que se queda como sin aliento. Me obsesioné por generar en imágenes ese “silencio del dolor”. No sé, yo insistía en que la imagen de alguna manera fuera tangible. Que fuera como que escuchara ese dolor. En los muchos viajes que hice al Oriente Antioqueño buscaba la liberación de ese llanto. Y liberarlos a ellos mismos de esos recuerdos y memorias… como dejarlos ir en paz.


Erika Diettes. Bogotá, Colombia.
Tomado de entrevista a la artista en Tertulias fotográficas, Bogotá, 2008.

Río Abajo. Fotografías digitales a color de ropas y objetos sumergidos en agua y que pertenecieron a víctimas del conflicto armado colombiano. Impresión en vidrio.